lunes, 10 de enero de 2011

Bloqueos a la creatividad



Seguro que alguna que otra vez habréis sentido lo que es estar delante del famoso “folio en blanco”. He aquí una historieta basada en la vida cotidiana que lo ejemplifica:

Eran las cinco de la tarde cuando, sin yo esperar a nadie, sonó el timbre.
–– ¿Quién será? –– dije mientras abría la puerta.
–– ¡Hola, corazón!!!!
Efectivamente, era Impotencia, la vecina del quinto. Como bien indica su nombre, no podía tener descendencia, y por ese mismo motivo vivía sola solísima, como la una. Se comenta en la escalera que empezó a estudiar Psicología cuando era joven, y, realmente, no creo que sea un rumor, pues a veces me suelta cosas como “¡Hijo, mío! No sé que haces viviendo solo. Un chico tan guapo... ¡por favor! A ti lo que te hace falta es una figura materna que te cuide y te oriente”. Eso, o estaba completamente ida de la olla.
–– Te traigo unos filetes empanados que me sobraron de ayer y unos callos con garbanzos, que dicen por la tele que son nutritivos y necesarios –– dijo mientras se sentaba en el sofá.
–– Ahora no, Impotencia, que estoy muy ocupado con un trabajo –– le dije seriamente.
–– ¿Ah síííí? –– dijo con un tono agudo que casi acaba con mi tímpano.
Sin mediar palabra, cogió un taburete de la cocina y se sentó conmigo en el escritorio
–– No entiendo nada, hijo. ¿Una hoja en blanco? Explícame dónde está el truco –– exclamó Impotencia, acostumbrada a mis coloridos proyectos que solía hacer para la agencia donde trabajaba.
En aquel preciso instante empezó a sonar a todo volumen una versión techno-house del Aserejé interpretada por Chavela Vargas. Increíble, pero cierto.
–– ¡Uy, uy, uy! Esta debe de ser la Desmo –– dijo impotencia mientras sacaba el móvil del bolso.
Estaba en lo cierto. Era Desmotivación, la del primero. En cosa de cinco minutos se plantó en mi casa y empezó a contar la jugada de la tarde anterior en el bingo. Por lo visto, Manoli la  charcutera había completado un cartón y, antes de poder cantarlo, le dio un infarto provocado por la emoción y se quedó en el sitio. Impotencia y Desmo se quedaron toda la tarde en mi casa, comiendo pipas y hablando de lo buena periodista que era Belén Esteban (la ignorancia es felicidad, sí señor). Al final conseguí que se marchasen y me fui a la cama muerto de cansancio. Al día siguiente, me desperté motivadísimo y, por suerte, pude recuperar el tiempo perdido y entregar el proyecto.

Hemos podido ver como, en ocasiones, la impotencia y la desmotivación vienen de la mano, haciendo que nuestra capacidad creativa se vea bloqueada. Esto puede suceder por varios motivos, los cuales se clasifican a continuación:

Bloqueos perceptuales: aparecen cuando no somos capaces de percibir con claridad cuál es el problema, aunque se trate de algo muy obvio.

Bloqueos afectivos: este tipo de bloqueos se dan en personas con una baja autoestima, que normalmente se sienten inseguras y temen hacer el ridículo.

Bloqueos cognitivos: aparecen en personas conservadoras, que se aferran a la lógica o a experiencias anteriores y no quieren experimentar nada nuevo.

Bloqueos conativos: suelen aparecer en personas poco curiosas, desmotivadas y con una pésima actitud. Debido a esto, el deseo de conocer y crear cosas nuevas es prácticamente nulo.

Bloqueos socioculturales: se dan cuando nos vemos influenciados por unas normas sociales o culturales que nos impiden actuar libremente.

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